Cinco esquinas, de Mario Vargas Llosa: una crónica de política, erotismo, y amarillismo

Vargas LlosaCinco esquinas es, hasta la fecha, la última novela de este incansable escribidor que es Vargas Llosa. A estas alturas, poco se puede decir de un escritor como él, salvo que sigue manteniendo, como cabe esperar, pese a sus más de ochenta años, una prosa limpia, impecable, y dinámica que, por añadidura, en este caso se deja leer muy fácilmente, pues se trata de una trama narrada con mucha amenidad, si bien no es, ni mucho menos, una de sus obras más perdurables o memorables y, tal vez debido a su extensión, parecen situarla dentro de su obra narrativa como una novela más ligera. Sin embargo, Vargas Llosa nunca defrauda: la estructura, pese a que en este libro parece muy comprimida (en comparación con otras obras suyas que la doblan o triplican en extensión), sigue siendo una estructura sólida digna de un arquitecto de las letras como él, y mantiene un ritmo narrativo que no decae en ningún momento. Para mi gusto, el tamaño de esta novela es el adecuado para el tipo de historia que se cuenta y, aunque muchos de sus lectores tal vez echen de menos esa densidad de otras obras suyas más extensas, creo que esa economía narrativa a la que recurre, en este caso al menos, es un acierto, pues la dota de agilidad.

Como es habitual en la producción de Vargas Llosa, la novela está llena de personajes cuyas historias se van desarrollando en paralelo y que, poco a poco, van estableciendo diferentes conexiones entre sí. El título hace referencia a una localización de la ciudad de Lima, ciudad en la que se desarrolla toda la historia, en un contexto histórico que la sitúa en plena dictadura de Fujimori, ya en las postrimerías del siglo XX. Vargas Llosa nos relata en unos pocos trazos la situación socioeconómica de la sociedad limeña durante aquellos años. En una época en la que la dictadura imponía su propio sistema de terror, y en donde la ciudad de Lima se ve sometida a toques de queda, arranca esta historia. Dos amigas, Marisa y Chabela,  han quedado para charlar en casa de la primera y, cuando se dan cuenta, ya se ha hecho muy tarde para que Chabela pueda regresar a su casa, así que Chabela se queda a dormir con Marisa quien, además, se encuentra sola en casa pues su marido, el empresario Enrique Cárdenas, se encuentra de viaje de negocios. Así una de las primeras escenas que nos encontramos es un encuentro erótico de las dos amigas. El erotismo es un elemento narrativo que Vargas Llosa sabe manejar con maestría (para quien no lo haya leído, les recomiendo la lectura de Elogio a la madrastra o Los cuadernos de don Rigoberto) y en este caso no es una excepción. Esa inusual aventura amorosa termina por convertirse en una costumbre que ambas amigas repitirán, como es obvio, a espaldas de sus maridos, que además también mantienen una relación de amistad íntima.

Por otra parte, Enrique Cárdenas un día recibe la visita de Rolando Garro, un periodista sin escrúpulos que dirige una publicación escabrosa y que trata de chantajearlo con la publicación de unas fotos del empresario en una orgía en la que participó invitado por uno de sus clientes. Cárdenas consulta con su amigo Luciano, abogado y marido de Chabela. Finalmente el empresario decide no acceder al chantaje, y echa a patadas al turbio periodista de su despacho, de modo que Garro, ofendido y lleno de resentimiento, publica las fotos, lo que complica sobremanera el hasta entonces impecable matrimonio de Enrique y Marisa y convierte al empresario en el hazmerreír de todos sus familiares y conocidos.

Otro personaje importante en esta historia es Juan Peineta, un viejo recitador de versos a quien Garro ridiculizó hasta hundirlo con sus publicaciones. Peineta trata infructuosamente de luchar contra la persona que hundió su reputación tratando ingenuamente de ampararse en medios legales, fracasando a cada intento y hundiéndose cada vez más en la miseria. Por otra parte está el personaje de La Retaquita, una periodista discípula de Garro que lo apoya con fidelidad perruna. La trama comienza a complicarse cuando, un día, poco después de que apareciesen publicadas las fotos de Enrique Cárdenas, encuentran el cadáver de Garro, que ha sido asesinado con violencia, en un lugar de Lima que se conoce como Cinco Esquinas, muy cerca de donde vive el recitador Peineta. Como parece lógico, las primeras sospechas del crimen recaen sobre el empresario quien debe afrontar, además de la crisis familiar que está padeciendo unos cargos por un crimen del que se confiesa inocente.

De este modo la novela adquiere un nuevo matiz, con elementos de novela negra, en la que la investigación del crimen cobra especial relevancia. De esta forma, Vargas Llosa nos lleva por un terreno que tampoco le es desconocido puesto que en otras novelas como ¿Quién mató a Palomino Molero? ya nos había deleitado con anterioridad con tramas de corte policial. En este caso, además, esta investigación tiene un elemento político que le añade interés a la trama, pues aparecen una serie de personajes ligados al régimen de Fujimori que también desempeñan un importante papel en la consecución de esta trama.

Todo termina resolviéndose de un modo impecable. Sin tratarse de una novela de denuncia explícita, hay elementos críticos en ella: hacia la dictadura, el terror, el crimen, la corrupción o el amarillismo. Y el contrapunto erótico, la relación lésbica entre las dos amigas se deja entrever como una válvula de escape para las dos mujeres en una sociedad marcada por acontecimientos que les impiden vivir con una cierta normalidad, aunque en su caso, mantengan ciertos privilegios por la posición social que ocupan.

En cualquier caso, por encima de todo, Cinco esquinas es un libro pensado para agradar con su lectura y que mantiene todo su interés desde el comienzo hasta su sorprendente final.

Cinco esquinas. Mario Vargas Llosa. Alfaguara

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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