El hombre imposible. J. G. Ballard: el hombre y la naturaleza

ballard-el-hombre-imposibleAunque este libro de relatos me ha parecido un tanto irregular, pues presenta acusadas oscilaciones entre relatos muy buenos y sorprendentes y otros más planos o incluso flojos, no deja de ser interesante, pues nos acerca a una de las facetas que posee Ballard como escritor y que es la del cuentista a medio camino entre la fantasía (Ballard fue un admirador de Jorge Luis Borges, lo que se trasluce en algunos de sus cuentos) y la ciencia-ficción, faceta esta última que, si bien no fue la única que desarrolló, quizá es la narrativa por la que más se le identifica y con la que ganó prestigio y reputación. Tal vez les sorprenda saber que, además de sus relatos de ciencia-ficción, este escritor publicó novelas de corte autobiográfico (entre las que destaca El imperio del sol, llevada al cine por Steven Spielberg, o La bondad de las mujeres), la novela negra (Noches de cocaína o Super-Cannes), o incluso la de corte más sociológico (como fue el caso de Crash, adaptada al cine por David Cronemberg).

Pero volviendo a los relatos de El hombre imposible, la irregularidad a la que hacía mención al comienzo de este artículo creo que puede achacarse a que esta es una de las primeras obras del autor, y aunque el estilo de su prosa es bastante reconocible, todavía no ha alcanzado en él toda su madurez. Por lo que se refiere a la temática, este libro tiene un elemento común si no en todos, sí en la mayoría de los relatos, que es la presencia de un escenario natural en donde se desarrollan las tramas o, al menos un factor biológico que resulta determinante en la trama. La naturaleza aparece aquí como un personaje encubierto que nos revela una mezcla de belleza y crueldad, cualidades que, pese a su aparente antagonismo, no resultan en absoluto paradójicas. Además de este elemento natural, biológico, los relatos suelen poseer una estructura en la que el autor parece que trata de incitar al lector a pensar que lo que está leyendo es algo completamente normal, como si los hechos que se relatan fuesen cotidianos. No obstante, Ballard siempre nos reserva una sorpresa que conlleva un giro hacia lo fantástico, en las que el protagonista (casi siempre una sola persona) se encuentra solo ante una serie de manifestaciones físicas o incluso psíquicas que lo pueden llevar, en ocasiones, al delirio e incluso a la alucinación. Ocho son los relatos que componen este libro:

El gigante ahogado. Posiblemente, se trata del mejor relato de todo el conjunto. Esta historia nos cuenta el hallazgo del cadáver de un gigante, una especie de Gulliver, en una playa cercana a una ciudad costera. Superada la primera sorpresa, más que el temor, la población comienza a curiosear el cuerpo e incluso algunos juguetean con él, escalando a ciertas partes como si se tratase de un elemento más del paisaje. Superada la primera fase de satisfacer su curiosidad, las personas que se acercan hasta el gigante deciden sacar partido del cadáver. De ese modo, algunos aprovechan la carne del cadáver para usarla como abono y otros extraen partes de su osamenta para usarla como decoración, hasta que finalmente el gigante acaba despedazado y consumido por su propia putrefacción.

La jaula de los reptiles. En este relato, al igual que en el anterior, la playa es el escenario elegido por el autor para desarrollar su historia, aunque el nivel narrativo no sea, en absoluto, el mismo. El lanzamiento de un satélite espacial provoca un efecto bastante curioso y perturbador entre una serie de personas que perciben los reflejos de este lanzamiento desde la playa: de repente todos ellos deciden arrojarse al mar en busca de la muerte, como una especie de suicidio colectivo inducido por un agente externo.

El delta en el crepúsculo. En esta ocasión el autor nos relata la terrible experiencia de un arqueólogo al que se le infecta gravemente una herida sin que disponga de ningún remedio para sanarla, por lo que, poco a poco, la herida va haciendo mella, la fiebre le aumenta peligrosamente hasta llevarlo al delirio. De este modo, cada anochecer ve un montón de culebras que reptan por el delta desecado de su campamento, pero, lógicamente, él es la única persona que es capaz de ver esa alucinación, que puede interpretarse como un presagio de su propia muerte.

Pájaro de tormentas, soñador de tormentas. En este relato unas aves sufren una terrible transmutación genética que las convierte, no solo en unos pájaros monstruosamente grandes, sino en auténticas armas asesinas que atacan a los hombres hasta llevarlos al borde de la extinción. Dada la fecha en la que fue escrito este relato, resulta inevitable contextualizarlo con el excelente filme de Hitchcock, estrenado unos pocos años antes.

El día eterno. En esta ocasión el escenario se traslada a una ciudad perdida de África en donde se está produciendo un fenómeno increíble: la Tierra ha dejado de girar e en ese paraje de África se han quedado paralizados en un crepúsculo que nunca terminará y en donde la persistente luminosidad causa, además de un día eterno, problemas de salud como el insomnio.

Tiempo de pasaje. Se trata de un relato interesante tanto en su idea como en su concepción, pese a que estas no sean completamente originales. Narra la vida de un hombre en orden inverso, es decir desde que muere hasta que nace, como si ese fuera el orden natural de las cosas. La historia nos trae inevitablemente a la memoria al de El increíble caso de Benjamin Button, un relato de Scott Fitzgerald que tuvo una conocida adaptación cinematográfica llevada a cabo por David Fincher.

La Gioconda del mediodía crepuscular. En este cuento el protagonista padece una ceguera temporal. Mientras descansa junto a su mujer en una casa en la playa, el hombre experimenta el rápido desarrollo del resto de sus sentidos, lo que le lleva a una inesperada sensación de disfrute, hasta el punto de que sus sentidos le provocan tales emociones sensoriales que ya no desea volver a la normalidad y recuperar la vista.

El hombre imposible. Es el relato que da título a esta compilación también el que la cierra. Ballard plantea la posibilidad de un mundo en el que la medicina sea capaz de prolongar la vida prácticamente sin límite temporal, logrando esto con los últimos avances en trasplantes, cirugía, etc. Ballard reflexiona sobre los límites de la medicina y nos lleva a eso que se conoce como bioética. En este caso el protagonista es una persona a la que le han sido implantados y reeemplazados prácticamente todos los órganos, pero no siente ninguno de ellos como propios, lo que le conduce a un dramático final.

Quizá lo más reseñable de los relatos de Ballard sea la sencillez con que nos introduce en sus peculiares mundos, utilizando apenas unas pocas pinceladas para ponernos en situación sin necesidad de recurrir a largas explicaciones o contextualizaciones. El escepticismo, o al menos una cierta reserva ante los avances científicos y tecnológicos, parece otra constante de este autor, quien parece sentirse cómodo llevando a sus personajes a situaciones límite en las que debe enfrentarse a desastres medioambientales que, a veces, parecen fruto de una rebelión de la propia naturaleza contra el hombre. Susan Sontag lo definió como “una de las voces más inteligentes e importantes de la ficción comtemporánea”, y creo que esa afirmación es justa: Ballard fue uno de los primeros escritores de ciencia-ficción que trataron de proporcionar una visión crítica del mundo a través de relatos de fantasía. Leer a Ballard es sin duda todo un reto pero pienso que para una gran mayoría le reportará un auténtico placer y que este libro en concreto, con todos sus defectos, puede ser un principio perfecto para conocer a este autor tan ecléctico.

El hombre imposible. J. G. Ballard. Minotauro

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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