El horror de Dunwich. H. P. Lovecraft: Las siniestras puertas del miedo

078.horror

Cierto tipo de escritores no parecen tener sitio en los manuales de Historia de la Literatura por haber cultivado durante toda su carrera un género determinado que se aleja de los temas más trascendentales y exclusivos que conforman el supuesto Parnaso literario. Howard Phillips Lovecraft (1890-1937) posiblemente no fuera un genio, pero sí fue un maestro en el género del terror que ha influido en las generaciones posteriores y en la iconografía del siglo XX. En cualquier caso, muchos años después de su muerte, un siglo después de haber escrito sus narraciones, éstas se siguen leyendo como si se hubieran escrito en la actualidad, y quizá no haya un mérito más alto para un escritor que pasar a la posteridad, hecho indudable que merece nuestra admiración.

H.P. Lovecraft fue un verdadero artista que conoció como pocos la anatomía de lo terrible y la fisiología del miedo: el tipo exacto de líneas y proporciones que se asocian a instintos latentes o a recuerdos hereditarios de temor, los contrastes de color y efectos precisos que despiertan en uno el sentido latente de lo siniestro. Lovecraft fue un escritor necesario, porque supo aglutinar en su literatura todos los mitos ancestrales de los pueblos primitivos, que se hubieran perdido sin la intervención de su pluma. Son los mitos procedentes del miedo a lo desconocido y de la intervención en la vida de los seres humanos de presencias extrañas y poderosas que tratan de apropiarse de nuestra débil existencia sobre la tierra. Desde los dioses griegos hasta las leyendas de los indios americanos, siempre ha existido la dicotomía entre el Bien y el Mal, lo conocido y lo ignorado, la debilidad y el poder, la victoria final de la humanidad que le sirve de consuelo en su extraño paso por la existencia.

De Lovecraft, que fue un escritor muy prolífico, se podrían escoger muchos de sus escritos, pero tal vez los más representativos se encuentren dentro de lo que se ha llamado Los mitos de Cthulhu y el ciclo de relatos de Nueva Inglaterra. El horror de Dunwich (1929) quizá sea uno de sus cuentos más admirados, por cuanto contiene los elementos fundamentales de su siniestra narrativa: el ser nacido de padre desconocido que crece aislado en una casa y que muestra desde sus primeros años una precocidad inconcebible, que fácilmente se puede identificar como diabólica. Ese niño tiene en sus manos los libros necesarios para un aprendizaje rápido en el mal y una familia que le apoya en sus horripilantes proyectos, ramas degeneradas de unos ancestros que han vivido unidos a lo sobrenatural desde muchas generaciones anteriores. Lovecraft inventa fantasmas, pero son fantasmas humanos, seres lo bastante refinados como para asomarse al infierno y comprender el significado de lo visto allí. El resto de la población sólo podrá vislumbrar involuntariamente la aparición de esas fuerzas vigorosas, sin poder hacer nada ante su presencia, y sólo unos pocos elegidos, especialistas en los temas nigromantes, tendrán las suficientes fuerzas para enfrentarse a lo desconocido.

En los mitos de Lovecraft se concentran muchos de los temas que el saber ocultista ha legado a través de los siglos: el conocimiento de lo incomprensible a través de los libros, que en Lovecraft se concreta en un título, el Necronomicón, el libro de los Muertos, cuya lectura indescifrable para el común de los mortales abre la vía para el descubrimiento de otros mundos gobernados por el mal; la culpa ancestral que se hereda de generación en generación, y que Lovecraft suele identificar con los escandalosos acontecimientos de Salem de 1692; o la civilización amenazada por seres que no son de este mundo, y que pueden proceder tanto del interior de la tierra como de vida extraterrestre. En este sentido, la influencia de Lovecraft en el siglo XX es portentosa: él fue de los primeros escritores que supo imponer un modelo del mal procedente del exterior que se mantiene aún en, con fuerza inusitada, en los cómics y en el cine.

En los relatos de Nueva Inglaterra, sin embargo, Lovecraft hace un homenaje a sus escritores favoritos y encuentra el terror, no en lo exterior, sino en el propio ser humano. El modelo de Pickman tiene una fuerte influencia de Poe, con un pintor cuyos cuadros muestran todo el horror de las fuerzas demoníacas. En El extraño será una persona que vive aislada del mundo el que descubra el miedo a lo desconocido dentro de sí mismo.

Uno de los motivos que hace singular la literatura de Lovecraft es la alta intensidad de sus narraciones, que no permite un solo respiro al lector. Lo atrapa desde el principio y se va desvelando poco a poco en todo su abominable esplendor hasta la última frase del relato, que es la que precisamente da la clave del cuento. A esto hay que añadirle una imaginación portentosa y, sobre todo, el arraigo a una narración realista, llena de detalles difícilmente traducibles al lenguaje normal, que sin embargo es uno de los grandes logros del escritor norteamericano.

La narración de terror del siglo XX tuvo su más eficaz maestro en H. P. Lovecraft, aunque no falten insignes precursores como su admirado Arthur Machen. La tortura espiritual y carnal adquieren en Lovecraft su grandeza, a través de un arte que convence: es el mismo infierno el que es retratado con la más absoluta fidelidad. En sus narraciones nos ofrece las agitadas y multidimensionales instantáneas que nos asaltan en los sueños, y nos muestran fríamente un mundo de horror estable, mecanicista y bien organizado, que él veía plena, brillante, firme y resueltamente.

El horror de Dunwich. H. P. Lovecraft. Alianza Editorial.

078.lovecraft-dunwich

Después de un siglo, la figura de H. P. Lovecraft sigue siendo controvertida por cuanto, siendo un escritor de género y sin un excesivo talento literario, ha generado un nutrido número de seguidores que van desde los refinados buscadores de estilo hasta los fanáticos del gore. Creo que el gran secreto que envuelve a Lovecraft estriba en que la imaginación alimenta a la imaginación, y en el caso del escritor norteamericano, más que alimentar ha desatado todo tipo de sueños y pesadillas. Acerca del discutido talento de Lovecraft les aconsejo leer este interesante artículo, Lovecraft, aquel mal escritor que fue un genio. Y a todo seguidor de Lovecraft que se precie lo invito a indagar en la impagable página El espejo gótico, donde se puede leer gran parte de los relatos del autor, así como otro registro de su producción menos conocido, sus poemas y ensayos, no carentes de interés.

Rate this post

Acerca de José Luis Alvarado

Dijo el sabio griego que nada es comunicable por el arte de la escritura; tras apurar la copa de seca cicuta, su discípulo dilecto lo traicionó y acaso lo perfeccionó transmitiendo por escrito sus irónicos conocimientos.Como antes hiciera Montaigne, pienso que la obra de un autor se prolonga y modifica cada vez que se escribe sobre ella. La memoria, que fue oral y minoritaria, ahora se multiplica con cada palabra que integra y justifica el continuo universo, también llamado la Red.

Check Also

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut: en la frontera de la ciencia y la oscuridad

Un verdor terrible es una obra que se sitúa en la frontera entre la realidad …

Deja una respuesta