Guía del autoestopista galáctico. Douglas Adams: una parodia espacial

Douglas Adams y Guía del autoestopista galáctico

Douglas Adams Guia-del-autoestopista-galacticoGuía del autoestopista galáctico fue una novela que obtuvo un inmediato éxito comercial. Inicialmente su autor la concibió como una serie radiofónica. No en vano Douglas Adams fue guionista de la radio y de algunas series televisivas, colaborando en ocasiones con algunos de los miembros de los míticos Monty Python. Reconozco que fue este último dato el que me animó a leer este libro y no me defraudó: es una combinación perfecta entre el típico humor británico, plagado de ironía, y el surrealismo hilarante de los Monty Phyton. De hecho, si hay que definir la historia de alguna manera es como una novela de humor surrealista combinada, eso sí, con un escenario de ciencia ficción. Aunque resulta muy divertida, durante su lectura no pude dejar de pensar en lo que habría podido hacer el genial escritor Eduardo Mendoza con un argumento como este. Tal vez el resultado no hubiese sido mucho mejor, pero sí estoy seguro de que me habría hecho reír mucho más.

El argumento comienza de un modo que ya nos marca a las claras que nos enfrentamos a una situación cómica extravagantemente absurda. El protagonista, un tal Arthur Dent está intentando detener las máquinas que quieren demoler su casa, en las afueras de Londres, porque existe un proyecto de autopista que debe pasar justo por ahí. Aunque sus esfuerzos son denodados, terminar por derribarle la casa y, al poco de suceder esto, aparece su amigo Ford Prefect en una nave espacial para llevárselo consigo porque, según le explica, un proyecto de circunvalación galáctica debe pasar justo por un itinerario en la órbita de la Tierra y, por consiguiente, ésta debe ser demolida. Ford Prefect trabaja en una empresa que se llama Guía del autoestopista galáctico.

A partir de ahí, el viaje espacial de Arthur y su amigo Ford se convierte en una serie de peripecias estrambóticas y descacharrantes. A punto de morir en el espacio tras tener que abandonar la nave espacial, son recogidos, deus ex machina, por una nave espacial de una tecnología superior que se llama Corazón de Oro y que tiene un motor de “improbabilidad”. La nave ha sido robada por Zaphod Beetlebrox, expresidente de la galaxia, un personaje que a pesar de tener dos cabezas, parece tener dos cerebros vacíos o llenos de pájaros. En la nave también está Marvin el androide paranoide (en este personaje se inspiró el grupo Radiohead para componer su canción Paranoid Android, un personaje verdaderamente peculiar pues, a pesar de ser un androide, es una especie de maniaco depresivo que hace las cosas a regañadientes y que no le encuentra sentido a su existencia. También viajan en la nave Trillian, una terrícola que escapa de la tierra con Zaphod y, por último, está Eddie que es computadora que controla la nave Corazón de Oro.

Viajando en dicha nave acaban encontrando el planeta Margrathea, un planeta mítico en donde, según la leyenda, vivían los constructores de planetas, que se encontraban en un sueño continuo del que sólo despertarían cuando la crisis económica hubiese concluido y pudieran pagar sus impuestos.

Arthur y Ford conocen en ese planeta a Slartibartfast y que los guía por su inframundo para que conozcan de primera mano a “los verdaderos creadores de la tierra”, que resultan ser unos simpáticos ratones. Allí también asisten a uno de los momentos más espectaculares del libro que es cuando les hablan de la supercomputadora Pensamiento Profundo, una máquina a la que le encargan encontrar la respuesta definitiva para el sentido de la vida, del mundo y todo lo demás. Cuando le plantearon la pregunta el ordenador respondió que podría resolverla con un poco de tiempo: según sus cálculos, siete millones y medio de años. Pasado ese tiempo (que resulta ser cinco minutos más tarde de que la Tierra fuese destruida) el superordenador proporciona la respuesta a esa pregunta, respuesta que deja a todos desconcertados, pues según Pensamiento profundo, la respuesta es 42.

Guía del autoestopista galáctico es, en definitiva, una parodia surrealista de las historias de ciencia-ficción en la que podemos encontrar ciertos guiños a algunas de las novelas más míticas de este género, como 2001 una odisea en el espacio, por ejemplo. El humor es típicamente inglés: irónico y fino, sin llegar a ser mordaz, pero aderezado con un toque de surrealismo tanto en la propia historia como en sus personajes. Es una novela que, sin lugar a dudas, hace pasar un buen rato al lector y sacarle más de una sonrisa, además de tener el indudable mérito de desvelar el sentido universal de la vida y del todo: 42. Ahora sólo les queda, como ironizaba Pensamiento Profundo, encontrar una pregunta adecuada para que esa respuesta les satisfaga, si tienen la paciencia necesaria para esperar unos cuantos millones de años.

Guía del autoestopista galáctico. Douglas Adams. Anagrama

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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