Juan de la Rosa, de Nataniel Aguirre: relato de la independencia boliviana

Portada de Juan de la Rosa, de Nataniel Aguirre

Juan de la Rosa está considerada, aun hoy en día, como la novela capital de la literatura boliviana. Fue escrita por Nataniel Aguirre en el año 1885, y se trata de una novela histórica escrita en primera persona. En este caso, la trama gira en torno a buena parte de los sucesos más convulsos que sucedían en Bolivia en los días de su lucha por la independencia del Imperio Español.

El protagonista es un general retirado que combatió en la Guerra de Independencia y que cuenta sus memorias al público. Hay una inmensa raíz que separa en dos todos los elementos de la novela y que hace que la narración tal vez pueda ser considerada, a día de hoy, ingenuamente maniquea, pues los personajes se ubican claramente en dos bandos antagónicos: el de los buenos y el de los malos. En este caso los patriotas o insurgentes son los mejor tratados por el narrador, mientras que los realistas son los malos. Por lo tanto, hay una exaltación clara hacia las ideas de patria, de libertad y demás elementos tan propios de la literatura romántica.

Principalmente se recrean los sucesos más emblemáticos de la vida del coronel Juan de la Rosa. Y, a través de ellos, se da una visión aproximada de cómo fue la vida en Bolivia y de cómo este país fue germinando un sentimiento patriótico que culminó en su independencia del imperio español, cuyo inicio tuvo lugar con el levantamiento de Cochabamba.

Se retrata la niñez del protagonista, la muerte de su madre Rosita, la vida familiar y también se narra la represión que ejercieron los españoles, así como los primeros movimientos de liberación en Cochabamba. El lado humano, evidentemente, no se olvida, y tiene un gran peso en la novela. Sin embargo lo que el autor consigue con su narración es crear un extraño vínculo entre el individuo y la nación, entre lo público y lo privado, y entre la familia y los ciudadanos. Una manera de entremezclar diversos ámbitos para que pueda florecer la idea de que la identidad no es algo que solo se pueda dar en el ámbito privado, sino que también es algo que se tiene que conseguir en lo público.

Precisamente uno de los elementos más importantes del libro es la manera en la que Nataniel Aguirre se esfuerza en construir esa identidad nacional que, precisamente, trasciende lo literario para transformarse en un elemento que quiere integrar en la cultura boliviana. Utiliza la novela para dar testimonio de una manera de ser y de una cultura compartida por todos los bolivianos, y de un sentimiento que les hace verse independientes del imperio.

Si nos centramos en el estilo, podemos ver una cosa con claridad: se puede catalogar a Nataniel Aguirre en la categoría de autor romántico. Precisamente su idealización de los patriotas y demonización de los contrarios nos aporta luz sobre la simplicidad psicológica de los personajes y el idealismo que trata de transmitir en su obra, lo que no le resta mérito en absoluto a la labor estilística que ha ejercitado.

La novela está narrada en primera persona, por ello se da bastante pie a la reflexión, a incluir pensamientos propios y a abrir un espacio para transmitir otra serie de informaciones más allá del hilo narrativo.

Pese a que los críticos le han situado como el mejor escritor de su país, no por ello podemos destacar una anomalía o un carácter especialmente llamativo dentro de su obra. Más bien se nutre de patrones formales ya existentes en Europa y que se habían empleado en una larga lista de novelas previas a la suya.

En conclusión, Juan de la Rosa es una novela histórica boliviana que nos permite comprender mejor el proceso de independencia que vivió el país en el siglo XIX y cómo la identidad nacional se articuló como uno de los temas centrales de la narrativa de sus principales figuras literarias.

Juan de la Rosa. Nataniel Aguirre. Ediciones Cultura Hispánica

4.8/5 - (32 votos)

Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

Check Also

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut: en la frontera de la ciencia y la oscuridad

Un verdor terrible es una obra que se sitúa en la frontera entre la realidad …

Deja una respuesta