Elogio de la sombra. Junichiro Tanizaki: Los efectos sugestivos de la penumbra

Tanizaki_ElogioSombraSi bien Junichirō Tanizaki (1886-1965) en un principio será recordado por su fundamental Las hermanas Makioka, novela que retrató con una meticulosa sobriedad el advenimiento de la modernidad en una familia nipona de clase alta profundamente tradicionalista, su rica producción -tan heterogénea como amplia- abarca varias piezas maestras más, como resultan ser: La llave, Arenas movedizas, y muy en especial, El elogio de la sombra, este último, ceñido aunque exquisitamente contundente manifiesto sobre la estética japonesa.

Pues es en este breve trabajo en prosa escrito en 1933, logra plasmar una serie de argumentos que vindican la idea de la sombra como parte esencial de la belleza oriental. Contrariamente a la visión de Occidente (relegar lo oscuro como sinónimo de confusión, otorgándosele una connotación tan execrada como negativa), la tesis de Tanizaki demuestra que la sombra es el más poderoso aliado de lo bello. Lo armonioso, entonces, no alcanza su mayor expresión bajo la exposición a plena luz, sino que opera como una combinatoria sutil de claroscuros producidos por la yuxtaposición de las diferentes sustancias que van formando las modulaciones de la sombra. Por eso es importante mantener un velo a través del cual intuir aquello que se nos oculta. El matiz posibilita la delicadeza de la sugerencia, el pudor de la reflexión zen.

A lo largo del opúsculo Tanizaki explora la idea aplicándola a múltiples –y muy variadas- formas de la cultura nipona como resultan ser la construcción de las viviendas; el vestuario del teatro nō y kabuki; los simbolismos asociados al hecho de cocinar y de servir los alimentos; los tokonomas con sus rollos desplegables decorativos; o para aprender a apreciar la textura del papel de los shoji (paneles móviles que dividen las estancias); inclusive los reflejos velados en la pátina de los objetos. Perspicaz y penetrante, lo hace para despertar cierta conciencia sobre la irreversible pérdida de identidad ante los rápidos avances de la cultura occidental. Un llamado al equilibrio entre lo autóctono y lo foráneo.

Resulta admirable como Tanizaki con una gran unidad estética y conceptual, adecuó la idea de la sombra a un estilo narrativo recatado, sugestivo, lleno de matices; tal como los grados de opacidad de los materiales que la luz de una vieja lámpara logra parpadear en su beneplácita penumbra. Una obra elegante, cuya fragancia poética sintetiza las preocupaciones temáticas y formales que le obsesionaron siempre: el temor amenazador de una progresiva caducidad del sentimiento oriental.

Eogio de la sombra. Junichirō Tanizaki. Ediciones Siruela

Traducción: Julia Escobar.

Rate this post

Acerca de Augusto Munaro

Periodista cultural argentino. Es egresado de la Universidad del Salvador (Usal, Buenos Aires), y escribe en diarios argentinos (El Día, Clarín, La Capital), como uruguayos y chilenos. También ha publicado ensayos literarios en revistas especializadas latinoamericanas.

Check Also

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut: en la frontera de la ciencia y la oscuridad

Un verdor terrible es una obra que se sitúa en la frontera entre la realidad …

Deja una respuesta