Cicutadry Reseñas y Recomendaciones literarias, cinematográficas y musicales
Recuerdo que el primer libro de Gustavo Martín Garzo que leí fue El lenguaje de las fuentes, un libro que fue galardonado con el Premio Nacional de Narrativa en 1993 y en el que el autor se atrevió a fabular sobre la vida de san José, el carpintero de Nazaret, desde una perspectiva humana, tierna y conmovedora. Después, con Las historias de Marta el autor obtuvo el Premio Nadal en 1999, con una obra preciosa que, como la mayoría de sus libros, requiere una digestión plácida. Cinco años más tarde, Martín Garzo consolidó su buen quehacer literario con Los amores imprudentes del que hablaremos a continuación.
Gustavo Martín Garzo tiene un don asombroso para situar al lector en la España de las décadas veinte, treinta y cuarenta, una época que puede ser desconocida si el lector no tiene particular interés por la historia o las costumbres y situación político-social anterior a la nuestra. La política tiende a ser un tema extremista: interesa mucho o no interesa nada.
Pero Martín Garzo sabe cómo crear historias de personas que no destacan por nada especial y sin embargo tienen mucho que contar; que están inmersas en una época difícil y de penurias y que, sobre todo, podrían ser cualquiera de nosotros porque la vida y las dificultades son cíclicas. Buenos y malos, ganadores y perdedores, víctimas y verdugos, nunca hemos dejado de agruparnos entre nosotros y la literatura ha dado buena cuenta de ello.
Esta novela cuenta la historia de una joven francesa (de la que nunca sabemos su nombre) que, a la muerte de su padre, encuentra entre sus pertenencias la fotografía de una joven que fue sacada en los años treinta en un pueblo de Burgos. La protagonista, inmersa en un momento personal difícil -lo que nos lleva de nuevo a la afirmación de que los personajes podríamos ser nosotros-, decide dejar París e ir al pueblo donde vivió su padre un año y fue sacada la instantánea de la joven para conocer el secreto de la fotografía y, tal vez, de su propia historia.
Así comienzan los saltos de presente a pasado tras la pista de Dorotea Jensen, una alemana simpatizante del régimen nazi casada con un burgalés. Con él se establece en el pueblo, donde montan una fábrica de conservas que se convierte en el principal sustento de la zona, otorgando cierto poder al matrimonio. Un tiempo después, aloja a unos hombres que llegan a la zona para algo de lo que nadie es conocedor. Es entonces cuando la acción da un giro y las cosas se precipitan: la hija del matrimonio muere en extrañas circunstancias.
¿Quién era la hija de Dorotea Jensen? ¿Qué relación tenía esa muchacha con el padre de la protagonista? ¿Por qué en ese pueblo nadie quiere hablar sobre lo ocurrido entonces y se ocultan tantos secretos? ¿Qué pasó la noche que falleció la chica?
Vivos y muertos reaparecen para remover el pasado y que salga a la luz por fin una historia que llevaba demasiado tiempo escondida. Un secreto que puede permitirse el lujo de resultar novelesco sin perder por ello credibilidad y verosimilitud; personajes con una humanidad latente que podríamos ser cualquiera de nosotros; actitudes y formas de enfrentar la vida, el pasado y el futuro son cosas que el autor expone con una agilidad asombrosa y una prosa excelente que hacen del libro literatura de calidad al alcance y compresión de todos los públicos.
Los amores imprudentes. Gustavo Martín Garzo. Lumen
