Vestido de novia. Pierre Lemaitre: en la mente del asesino.

Vestido de noviaSi el objetivo de un novelista al construir una narración es procurar alejarse de eso que se denomina “lugares comunes”, diría que Lemaitre lo ha logrado en las dos novelas que, hasta la fecha, llevo leídas de él, si bien en esta novela que hoy reseño, Vestido de novia, lo hace de un modo mucho más meritorio, pues se trata de una novela negra y, como tal, me parece mucho más complicado escribir una historia que se aleje de los clichés habituales de ese género y logre sorprendernos. Lemaitre no solo lo consigue sino que lo hace de forma sobresaliente.

De entrada comenzaré advirtiendo que en esta reseña no voy a hablar del argumento, o lo haré lo menos posible, pues Vestido de novia es una de esas novelas de las que no se puede ahondar en su argumento sin desvelarnos algunas claves que pueden estropear las sorpresas que nos depara la novela, claramente concebida para atrapar al lector desde el comienzo. La novela está estructurada en tres partes: la primera de ellas es, a mi juicio, la más original, pues el punto de vista elegido es el de un narrador omnisciente que nos sumerge en la mente de Sophie, una mujer joven y atractiva que vive en un extraño estado de semiinconsciencia, con episodios que sugieren que padece de amnesia, pues Sophie se ve envuelta en situaciones bastante comprometidas de las que no recuerda absolutamente nada. A modo de ejemplo, nada más comenzar la lectura, se nos refiere que Sophie se despierta sentada en el suelo y con un niño apoyado en su regazo. Ese niño es Leo, y Sophie, que se encargaba de cuidarlo, descubre que está muerto y ha sido asesinado de forma violenta. Y lo más chocante es que no recuerda absolutamente nada. Conforme avanza la historia, descubrimos que a Sophie le suceden cosas muy extrañas: pierde cosas que luego reaparecen en sitios diferentes de donde ella recordaba haberlos dejado, es detenida por robar productos de un supermercado, aunque ella no es en absoluto consciente de haberlo hecho y, lo peor de todo, empiezan a sucederse una serie de muertes en las que ella, de modo directo o indirecto, está implicada. A partir del descubrimiento del cadáver de Leo, al comienzo de la novela, Sophie se ve abocada a huir y adoptar una personalidad ficticia para tratar de empezar una nueva vida, aunque no sepa cómo hacerlo.

Lemaitre consigue meternos en esta historia de una forma inmediata y construye una trama eficaz para lo que tuvo muy presente, el cine del genial Alfred Hitchcock, ya que, según el mismo autor declaró: “Quería escribir una novela de la que Alfred Hitchcock hubiese podido decir: Tengo que hacer esta película”. Para escribir esta novela, Lemaitre también se documentó leyendo ciertos libros de psiquiatría relacionados con la esquizofrenia para tratar de acercarse de un modo más verosímil a la mente de una persona trastornada. El resultado es impecable. La atmósfera que el novelista construye es agobiante y opresiva. Tiene el acierto de hacer capítulos muy cortos, como escenas sucesivas de una película, imprimiendo un ritmo impresionante a la narración. Cuando terminamos el primer capítulo, escrito en tercera persona, nos encontramos una nueva sorpresa: el segundo capítulo cambia radicalmente el punto de vista, ya que está referido en primera persona y aparece en forma de diario, un diario que comienza en el tiempo antes de los hechos narrados en la primera parte. Posteriormente, el último capítulo vuelve al narrador omnisciente, aunque esta vez no se centra solo en la mente de Sophie sino que “se aleja” más, proporcionándonos una perspectiva general con la que terminamos de completar la información que, en los dos capítulos anteriores, habíamos ido encajando.

Uno de los mayores logros de esta obra, al menos a mi juicio, es la manera con que el autor juega con el tiempo, no ya sólo por los flashback que se realizan en cada una de las partes de la novela, sino en la manera en que están ordenados los capítulos, pues consiguen un efecto narrativo muy interesante que me hizo recordar a J. B. Priestley y sus piezas teatrales sobre el tiempo. Pero, al margen de eso, Lemaitre nos propone un thriller psicológico como hacía mucho tiempo que no me encontraba y que tiene el mérito de sorprender al lector y mantenerlo en vilo con una historia realmente electrizante y angustiosa. Si quieren conocer las claves de esta historia, entre las cuales está el propio título, no lo duden ni un solo momento y lean esta impactante novela de un autor que creo que nos va a seguir prodigando nuevas sorpresas.

Vestido de novia. Pierre Lemaitre. Alfaguara

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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