Diario de una ninfómana, de Valérie Tasso: Confesiones de una mujer libre

Diario de una ninfómana. Valérie Tasso. Reseña de Cicutadry

Diario de una ninfómana fue la primera publicada por la francesa Valérie Tasso, en 2003. Afincada en España, prestigiosa sexóloga, excelente articulista y habitual de los espacios televisivos y radiofónicos, Valérie Tasso es una mujer divertida e inteligente que sabe emplear el sentido común en algo aún tan oscuro como el sexo. Diario de una ninfómana fue una novela de gran éxito gracias a la frescura y la sinceridad con las que está escrita, bases fundamentales para que una novela erótica forme parte de la auténtica literatura.

Una confesión autobiográfica

Diario de una ninfómana se encuentra dentro de la gran tradición francesa de la novela erótica confesional escrita por mujeres. Solo hay que recordar a autoras como Catherine Robbe-Grillet o Marguerite Duras, poseedoras de un mundo sexual propio, femenino, tan distinto a la literatura erótica tradicional, escrita por hombres para hombres.

No que sea una cuestión de mayor sensibilidad (femenina) o de un menor grado de pornografía. Es la perspectiva lo que cambia radicalmente. Las mujeres escritoras aportan a sus lectores una forma de vivir el sexo más plena, más íntimista y, digámoslo con todas las palabras, bastante desconocida para el público en general, acostumbrado ya desde hace muchos años al porno más chabacano.

Valérie Tasso acierta de lleno con su manera despreocupada de abordar su vida sexual durante un período determinado de su existencia, sin prejuicio alguno, en una valiente confesión que sonrojaría a cualquier varón que hubiera vivido algo parecido a lo que le ocurrió a ella.

Un título confuso

El propio título contiene esa parte confesional a la que nos referíamos –está escrito en forma de diario- pero tras la lectura de la obra me queda la duda de calificar a su protagonista de ninfómana. Valérie Tasso tiene los suficientes conocimientos en sexología para saber a ciencia cierta lo que es la ninfomanía, pero creo que la novela debería haberse titulado más acertadamente Diario de una promiscua.

Bien es cierto que, particularmente entre el género masculino, la diferencia entre la promiscuidad y la ninfomanía es casi inexistente, pero esto forma parte más del imaginario viril que de otra cosa. Pero la diferencia existe, y es bien evidente: en estas páginas reseñamos otra excelente novela erótica confesional, La vida sexual de Catherine M., en la que Catherine Millet explicaba con pelos y señales su intensa vida sexual gobernada por un irreprimible impulso por tener encuentros sexuales, de la forma que fuera, la mayoría de ellos poco placenteros para ella.

A mi entender, Valérie Tasso nos muestra a una mujer completamente distinta. Diario de una ninfómana es la crónica de una chica que vive el sexo como un juego, como un deseo conscientemente encaminado a la diversión y al placer tanto propio como ajeno. Dirigido de forma voluntaria, tendrá todo tipo de consecuencias, y aquí es donde radica lo mejor de la obra: Diario de una ninfómana es una novela erótica con todas las palabras, es decir, entendido el erotismo como la forma de relacionarse dos personas en cuanto seres sexuados. Y esas relaciones pueden ser bien distintas entre ellas.

Una carrera maratoniana

La primera parte del libro se titula muy acertadamente Mi carrera maratoniana de 1.200 metros (Los encuentros se suceden pero nunca se parecen…). Y eso es lo que es: asistimos a la vida despreocupada de una mujer joven, atractiva, inteligente, no ligada a ningún hombre, que hace con su sexualidad lo que quiere.

Un encuentro se sucede a otro, es cierto, pero siempre lo hace con criterio. O más bien habría que decir que en esta etapa de su vida Valérie Tasso se va encontrando muchas veces por casualidad con diversos amigos que se convertirán en compañeros de cama sin más compromiso que la mera apetencia a estar con ellos.

Un telefonazo, un encuentro repentino, cualquier motivo es suficiente para que la joven Valérie, si encuentra atractivo a su amigo, tenga relaciones sexuales con él. Pero nunca hay compulsión, y esto se agradece en una novela erótica, mucho más cercana a la realidad que tantos artefactos literarios de más notoriedad.

La feliz conclusión que se saca de esta parte de la novela es la impresión de libertad que transmite Valérie Tasso. Es una mujer libre, y no voy a caer en la insensatez de decir que es una mujer de su tiempo, porque cualquier mujer de cualquier tiempo debería haber sido libre para hacer con su sexo lo que deseara. Pero no deja de ser cierto que la escritora francesa podría ser un icono de nuestros tiempos: el sexo no conoce de géneros, o al menos no debería conocerlos. Lo que siempre se ha sobreentendido entre los hombres –quiero sexo, lo busco y con suerte lo encuentro- ahora habría que sobreentenderlo igualmente entre las mujeres.

Durmiendo con su enemigo

Lo que puede ocurrir en estos casos –pero no es condición necesaria- es que el sexo nos lleve a personas poco recomendables que, a través de la seducción nos arrastren a terrenos fangosos. Así le ocurrió a Valérie Tasso y así nos lo cuenta.

No sé muy bien qué término utilizar para este caso. Existe la palabra encoñarse, que parece propia del género masculino, pero es que cualquier otra expresión me parecería poco expresiva. La cuestión es que Valérie Tasso se encoña con un hombre porque este hombre le tiende la trampa de la seducción, y lo que al principio parece una relación idílica y divertida, se convierte en un infierno.

Sinceramente pienso que el tema de las relaciones tóxicas está poco explotado por la literatura, acaso por su complejidad a la hora de hacerlo verosímil. Valérie Tasso consigue hacer creíble una relación tóxica y explica magistralmente cómo se cae en una de ellas. Ojo porque estamos ante una mujer inteligente, que se siente libre, sin ninguna atadura y tampoco ninguna tara mental. Simplemente cae en las garras de un maltratador mental y le cuesta Dios y ayuda salir de esa situación.

El sexo, en este caso, tiene una relativa importancia, porque lo que al comienzo de la relación es fantástico tanto en cantidad como en calidad, se torna con el tiempo en algo desagradable, distante, como impuesto por las circunstancias y, lo que es peor, como una forma más de tratar de arreglar la relación, sin duda equivocada.

La curiosa prostituta

La otra parte de la novela que merece todos nuestros elogios es la que se refiere al momento en el que Valérie Tasso decide ejercer la prostitución llevada por sus problemas económicos. Creo sinceramente que era necesario que alguien contara esta faceta de la prostitución tan poco conocida, porque no todo es trata de blancas.

Valérie Tasso decide voluntariamente entrar en una casa de citas y ejercer su trabajo como lo que es: una profesión como otra cualquiera. Es encomiable la manera sutil y sabia que tiene Valérie Tasso de abordar este tema, y no cabe duda que su propia experiencia es una garantía de sinceridad.

No desvelaré al lector más aspectos de la novela, pero sí hemos de decir que en esta parte (como en las demás) se trasluce una Valérie Tasso inteligente y templada, nada victimista ni truculenta, y esto es difícil en un tema tan controvertido. La escritora vive la prostitución desde su propia sexualidad y siempre desde una mirada humana y comprensiva; quiero decir: comprensiva tanto para los demás –sus compañeras de trabajo como sus clientes- como para sí misma.

Insisto en que Diario de una ninfómana es una gran novela erótica porque abarca diversos aspectos de la sexualidad femenina con una gran sinceridad y sin ninguno brochazo que busque esos tonos chillones a los que es tan dada la literatura erótica. Es el relato de una mujer libre que, precisamente por ejercer esa libertad sin cortapisas, se encuentra en todo tipo de situaciones que para el común de los mortales –quiero decir, para la gente convencional- podrán resultar llamativos e incluso escabrosos pero que, para las personas como Valérie Tasso, no dejan de ser más que experiencias vitales, en definitivas, puertas que se abren a otras experiencias.

Diario de una ninfómana. Valérie Tasso. Debolsillo.  

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Acerca de José Luis Alvarado

Dijo el sabio griego que nada es comunicable por el arte de la escritura; tras apurar la copa de seca cicuta, su discípulo dilecto lo traicionó y acaso lo perfeccionó transmitiendo por escrito sus irónicos conocimientos.Como antes hiciera Montaigne, pienso que la obra de un autor se prolonga y modifica cada vez que se escribe sobre ella. La memoria, que fue oral y minoritaria, ahora se multiplica con cada palabra que integra y justifica el continuo universo, también llamado la Red.

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