El mundo alucinante, de Reinaldo Arenas: una novela de aventuras

Portada de El mundo alucinante, de Reinaldo Arenas

El mundo alucinante es una novela escrita por el autor cubano Reinaldo Arenas y, pese a que durante años tuvo muy mala prensa en Cuba es, sin lugar a dudas, una de las obras narrativas de Hispanoamérica más famosas y extendidas. De este modo, incluso llegó a formar parte del boom literario que comenzó en la década de los años 60.

La novela de El mundo alucinante permitió a Reinaldo Arenas convertirse en un autor conocido a nivel internacional. No obstante, y de forma paradójica, también fue esta novela la que le ocasionó más problemas en su propio país, al no considerarse una novela que defendiera los postulados revolucionarios cubanos. La obra, escrita en el año 1966 y publicada en 1969 fuera de su país, ganó una mención honorífica en el concurso literario de la UNEAC que ese año quedó desierto. En dicho concurso, la obra fue apoyada por dos amigos de Reinaldo Arenas que estaban en el jurado: Camila Henríquez Ureña y Virgilio Piñera y, entre los detractores de aquel jurado estaba nada menos que Alejo Carpentier. Al no ser publicada, aduciendo que sus páginas eran inmorales (por cierto contenido de carácter homosexual) y de temática no revolucionaria, el autor la sacó clandestinamente  del país y logró publicarla en Francia, con un éxito inmediato que generó que se llevara a cabo una marginalización enconada contra el autor, de condición abiertamente homosexual, y que acabó en prisión en los años 70, acusado de cometer abusos sexuales.

La persecución se debió, además de su «contenido sexual» (apenas hay un par de escenas de este cariz), a que la obra hace una crítica satírica del poder, lo que no gustó demasiado en el régimen castrista. El mundo alucinante se encuentra en un punto medio entre una biografía imaginaria y una novela picaresca. De hecho, incluso podríamos decir que debido a su experimentación formal, así como ideológica e histórica, nos encontramos ante un ejemplo evidente de novela posmoderna, siendo a su vez, como ya he comentado, una crítica de toda ideología represiva.

Para quien piense que El mundo alucinante es una novela histórica, hay que advertir que esto no es cierto o, al menos, no es exacto. Aunque Reinaldo Arenas se basó en datos bibliográficos del protagonista, fray Servando Teresa de Mier, el autor hace una interpretación muy libre e imaginativa de lo que pudieron haber sido sus múltiples andanzas y aventuras recorriendo medio mundo. No en vano, esta novela se subtitula “una novela de aventuras”, cuyos sucesos, a menudo inspirados en la tradición de la novela picaresca, le otorgan una dimensión de fábula que llega a ser casi mítica.

Fray Servando es un exaltado y cándido aventurero, un célebre y pícaro personaje que pertenecía a la orden de los predicadores como fraile mexicano. Se movió a caballo durante los siglos XVIII y XIX haciendo frente a sus muchos destierros, persecuciones e incluso encarcelamientos. En sus andanzas, Reinaldo Arenas nos cuenta cómo recorrió la España de Carlos IV y de Godoy, la Inglaterra de Lady Hamilton, Italia, Estados Unidos, la Francia de Chateaubriand y Madame de Staël y Cuba. Muchos de estos personajes ilustres aparecen en la novela y, aunque probablemente fray Servando conoció a algunos, es bastante improbable que llegara a encontrarse con todos ellos. El periplo de fray Servando desde que sale huyendo de México, acusado de haber blasfemado contra la Virgen y perseguido por la Inquisición, pasando por España, Francia, Italia, Portugal, Estados Unidos y Cuba, eternamente proscrito y con continuos devaneos y peripecias que pasan por una narración de lo más entretenida y variopinta con momentos divertidos, eróticos, dramáticos, históricos, críticos y, la mayor parte de las veces, muy mordaces.

Reinaldo Arenas reúne en El mundo alucinante una cantidad ingente de información y datos (a veces inventados) para someterlos a una elaboración novelística. Es decir, podemos ver cómo se desvincula de la actitud propia del historiador. Aunque se ajusta a los hechos históricos, Reinaldo Arenas no abandona en ningún momento su papel como un escritor de ficciones que, sin embargo, mira los hechos desde un punto de vista similar, en cierto modo, a la poetización de la realidad que el poeta argentino Enrique Molina hizo en «Una sombra donde sueña Camina O’Gorman». El mundo alucinante es, en ese sentido, una visión serpenteante, delirante y estrambótica de unos determinados acontecimientos y personajes históricos.

Comprometido con mundos que se contradicen, Reinaldo Arenas plantea un acercamiento con el que pretende crear una imagen realista a la par que imaginaria. La obra de Reinaldo Arenas, como la de muchos escritores cubanos, es descendiente y deudora de la literatura barroca y, en ella, es también posible resaltar procedimientos propios de las crónicas americanas, que no son menos fantasiosas.

Por otro lado, a lo que sí debemos darle mayor importancia es a la capacidad que tiene el autor para recrear con toda libertad tanto la España, como el México de aquella época. Debemos resaltar su gran capacidad paródica y un estilo en su prosa que es capaz de hacer que mantengamos la atención sobre la lectura a través de sus grandes dotes expresivas.

En El mundo alucinante el lector comprobará por sí mismo la total falta de contención en la escritura e incluso en la propia imaginación del autor, lo que, dependiendo del gusto en cada caso podrá ser tachado como su mayor defecto o ensalzado como su mayor virtud. A veces, el autor se entrega a fantasías que no llegan a aportar un sustento real ni a la historia en sí que ha creado, ni a la propia narración. De este modo, se podría decir que no es casual el hecho de que el autor señale al principio de la novela que Servando (el protagonista) y él son la misma persona, algo que me trae a la memoria la célebre cita atribuida a Flaubert: Madame Bobary, c’est moi.

La novela cuenta con una dimensión fabulosa mezclada, quizás, con su propia biografía. Tal vez esa sea la razón primordial de que en los últimos años de su vida, el autor escribiera unas páginas autobiográficas donde su realidad, mezclada con toques de delirio, da lugar a una obra literaria.

El mundo alucinante. Reinaldo Arenas. Cátedra.

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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