Marero. José Luis Muñoz: algunos hombres malos

No es habitual encontrar cuentistas en España, tal vez porque las editoriales suelen rechazar un género que está injustamente considerado como menor pero, de vez en cuando, resulta grato leer libros de relatos como este. Marero es un libro en el que el autor, José Luis Muñoz, ha hecho una recopilación heterogénea de relatos escritos en un intervalo de tiempo bastante dilatado y que abarcan los géneros más dispares, y aunque se nota que el escritor se siente especialmente cómodo desarrollando los de género negro, también encontramos relatos eróticos, de ciencia ficción, sobre el mundo taurino o el deportivo, hasta algunos con una marcada influencia cortazariana. En total componen este volumen diecinueve relatos, la mayoría de los cuales han sido premiados o pertenecen a antologías y publicaciones colectivas en donde el autor publicó junto a otros destacados cuentistas del panorama literario en lengua española.

Aunque todos los relatos tienen un nivel literario bastante bueno destaca sobre todos ellos el que abre el libro, Marero, sin lugar a dudas el mejor y más logrado de todo el conjunto. Marero es un relato sobre la violencia, en el que el protagonista es Raúl Cifuentes, un periodista a quien envían para realizar una entrevista al líder de una mara guatemalteca, un tal Aníbal Rivera, apodado El Diablo. La historia tiene una intensidad fuera de serie. El miedo del periodista cuando tiene que adentrarse en los peores barrios de la ciudad está descrito magistralmente, y la entrevista que ambos mantienen es antológica. Primeramente, El Diablo le ordena al periodista que no lo mire a los ojos directamente, o de lo contrario lo matará, amenaza que incrementa aún más el pánico del periodista. El marero se burla entonces de la ingenuidad de su entrevistador y le dice que lo mantendrá con vida porque le interesa que alguien cuente su historia. “Mato porque no sé hacer otra cosa”, y llega a afirmar que si es así es porque Dios lo quiso de esa manera. Es un auténtico descenso a los infiernos en el que el marero demuestra sin pudor su absoluta falta de compasión, y cómo la violencia es el único modo en el que puede expresarse.

Beso de sangre, es una historia negra en la que se mezcla una trágica pasión homosexual entre un actor de teatro que lo deja todo para seguir ciegamente a un dramaturgo. Pero cuando la pasión deja de funcionar éste pierde el interés por el joven actor y esa desafección produce catastróficas consecuencias, entre las que entran en juego la humillación y el desprecio.

Calle cortada, viene a ser un homenaje, desde el propio título, al espléndido cuento de Cortázar Casa tomada. En este caso, el protagonista se ve inmerso en una situación bastante delirante, pues una obra en la calle le impide salir del portal de su casa. En este relato, como contrapunto, el autor despliega un humor mordaz que lo convierte en una historia bastante original y que será un recurso bastante habitual en bastantes de sus cuentos.

Fumadores clandestinos, es un relato con ribetes de ciencia ficción en la que el autor imagina una Barcelona futura en donde fumar está considerado como una actividad delictiva. Como el anterior, se trata de un relato con una gran dosis de ironía y mordacidad. Para poder fumar, el protagonista tiene que contratar a una prostituta que le proporciona tabaco, lo que establece un curioso paralelismo entre el placer sexual y el de fumar.

Cristal en la mandíbula, es un relato negro en el que el protagonista es un boxeador al que, para amañar las apuestas de un combate, le piden dejarse vencer. Sin embargo, el boxeador, que es un personaje rebelde y con cierta integridad, decide desafiar las normas. De este relato destaca la construcción de la atmósfera, propia de un relato negro, turbio y brutal.

Revoloteos es un relato bastante original y sorprendente, en el que se nos relata un crimen, pero desde el punto de vista de una mosca que revolotea por la habitación donde se está produciendo la tragedia.

Oscuro despertar, es un relato con tintes eróticos, en donde el protagonista, después de una noche de juerga y borrachera, se despierta, con una terrible resaca, junto a una mujer joven y guapa sin que sea capaza de recordar cómo han llegado ambos hasta allí.

Aromas mortales es una parodia del género policial en la que sus protagonistas son nada más y nada menos que Holmes y Watson.

El caso del violador recalcitrante es otra parodia policial en la que un policía investiga una cadena de muertes con violación en las que el arma homicida resulta ser el descomunal pene del violador.

La última corrida es un relato ambientado en el mundo de los toros en el que el autor hace un juego de palabras con el título, mezclando el sexo con el toreo. Concretamente la historia se refiere a un torero sale al ruedo tras haber tenido un encuentro sexual con una de sus admiradoras.

Sed negra es otro relato de ciencia ficción en el que se nos presenta una distopía ambientada en la comarca de los Monegros, una zona desértica, con paisaje devastado en el que escasea tanto el agua como el petróleo, con el río Ebro convertido en río contaminado por el petróleo a consecuencia de las prospecciones fuera de control.

Vuelo a Orly, parece otro relato cortazariano en el que se entremezclan lo real y lo onírico y en el que el espejismo de un accidente aéreo planea sobre el relato con una estructura bastante sólida y acertada. Para mi gusto, uno de los mejores relatos del libro.

El partido de Haití narra, con la ironía propia del autor, un hipotético partido de fútbol entre el Barcelona F.C. y un equipo de Haití en sonde el equipo local termina venciendo al Barcelona, aunque para ello nos quepa la duda de si han utilizado o no la magia negra del vudú para vencer.

Última cena en Sofia, aquí el autor vuelve al género que, como ya he comentado, es el que mejor domina: el negro. En esta ocasión, se trata de un escritor que viaja a Bulgaria para conocer a una admiradora que ha contactado con él a través de las redes sociales. Como cabe esperar, el encuentro entre ambos no será precisamente halagüeño.

Fase terminal, se trata de otro excelente relato negro que nos cuenta la historia de una venganza terrorífica. El protagonista es un policía retirado que monta un bar y un día se encuentra con un criminal que trata de cobrarse una vieja afrenta en la cárcel. Hay una mezcla de horror por la venganza pero, al mismo tiempo, la historia del policía es tan truculenta , que no llegamos a sentir demasiada compasión por él.

Llamas de pasión, nos presenta una ficción inmersa en un hecho real, concretamente el autor nos relata un encuentro sexual en el edificio Windsor de Madrid, justo en el momento en que este está incendiándose. Es la versión del autor sobre las sombras que quedaron grabadas entre las llamas cuando aquel incendio se produjo y sobre las que tanto se especuló, en su día, en los medios.

La esclava es un relato erótico con momentos de una intensidad salvaje ambientado en la Norteamérica decimonónica, cuando la esclavitud todavía no estaba abolida.

Robinsón es otro relato erótico que trata de especular sobre qué hubiese hecho Robinson Crusoe si en su isla desierta se hubiese encontrado con una mujer.

El último inquilino, es un relato de corte fantástico en el que el autor juega con el tema de la casa encantada, habitada por fantasmas y que esconde el secreto de una terrible historia. Con este relato, y de forma notable, se cierra el libro de relatos.

En definitiva, Marero es un conjunto muy variado en cuanto a estilos y formas de contar y resulta una apuesta bastante interesante cuyo principal activo es justamente ese: la diversidad. Sin duda un buen libro para acercarse a este autor, que resulta, por tanto, recomendable.

Marero. José Luis Muñoz. Ediciones Contrabando