Respiración artificial, de Ricardo Piglia: el rompecabezas del tiempo.

Portada de Respiración artificial, de Ricardo Piglia

Respiración artificial se ha convertido sin lugar a dudas en una novela de culto y en una de las obras más importantes de la literatura hispanoamericana. Con ella, Ricardo Piglia dio un nuevo giro renovador a la ya de por sí renovadora narrativa y literatura latinoamericana contemporánea. Respiración artificial es uno de esos artefactos literarios que trasciende la literatura en sí y que, aunque no fuese la intención de su autor, ha sido sometida a toda clase de análisis y estudios debido a su compleja estructura a la par que enigmática. De hecho, todo el mundo se refiere a esta obra como una novela, pero yo no estoy del todo convencido de que esa palabra defina plenamente esta obra literaria. Pura narrativa, eso sí.

El protagonista de esta obra es Emilio Renzi, álter ego de Ricardo Piglia (que el autor usará en varias de sus obras) y cuyo nombre ya es un guiño en sí mismo, pues el nombre completo de Piglia es Ricardo Emilio Piglia Renzi. La novela comienza cuando Emilio Renzi comienza a intercambiarse cartas con su tío Marcelo Maggi, el protagonista de una oscura historia familiar que Renzi quería desgranar, escribiendo una novela para ello, razón por la cual, su tío, al leer dicha novela, contactó con él para tratar de explicarle los errores que había detectado en ella. A partir de ese momento la novela se desarrollará con una estructura de cajas chinas en donde aparecerán dos personajes más: el suegro del Marcelo Maggi, don Luciano, y Enrique Ossorio, supuesto fundador de la familia en la Argentina de la época de Rosas. Toda la trama de esta primera parte de la novela es puramente epistolar y Piglia le da un enfoque de novela casi detectivesca, pues todo el interés se centra en un afán por desenmascarar a un personaje muy famoso que aunque se adivina como héroe, se sospecha que, realmente, podría haber sido un traidor (el tema del traidor y del héroe, dicho sea entre paréntesis, es sumamente borgeano). Tras intercambiar cartas con su tío, Renzi conecta con don Luciano, el suegro de su tío, un ex senador que logra moverse en su limitado espacio gracias a una silla de ruedas. Así sabemos que don Luciano recibió un legado consistente en un cofre lleno de viejos documentos con los que pretende reivindicar la figura de Enrique Ossorio, conspirador de la época de Rosas. Marcelo Maggi, envuelto en un escándalo familiar, tras su paso por la cárcel vivirá en provincias dedicado a esta tarea investigadora. Piglia nos traslada de una historia a otra moviéndose con increíble soltura en cuatro tiempos distintos, armando y desarmando esas cajas chinas con una maestría encomiable.

Renzi comienza a investigar los papeles privados del secretario de don Luciano para descubrir la verdad. Toda la narración gira en torno a la ilustración de la trágica historia de Argentina en un tono detectivesco que, poco a poco, va dando al lector las claves para entender el argumento al completo. Es imposible que la compleja estructura de Respiración artificial pase desapercibida o deje impasible al lector. De forma similar a las muñecas rusas, cada pequeña trama de la historia se relaciona con la anterior y la siguiente a través de lazos familiares que difícilmente pueden ser esperados por el lector.

De esta manera, cada uno de los personajes juega su papel en una historia breve, aportando su pequeña pieza al gran rompecabezas que esconde esta historia. De este modo, será el lector quien poco a poco vaya atando cabos para descubrir la historia completa

La segunda parte de esta historia, titulada “Descartes” es una especie de narrativa ensayista muy intelectual (nuevamente, muy borgeano todo ello) donde Piglia divaga acerca de lo estético en materia literaria así como del devenir histórico y naturaleza de Argentina. Piglia desarrolla en esta parte tesis sencillamente alucinantes y asombrosas, como las relaciones entre Kafka y Hitler y la influencia que el dictador pudo haber tenido en el escritor. Pese a lo rocambolesco que pueda parecer esa relación, Piglia logra convertir lo increíble en verosímil, un auténtico juego literario como para quitarse el sombrero. También desplegará Piglia su enorme cultura y perspicacia crítica para desarrollar toda una teoría sobre la literatura argentina, exaltando a escritores como Roberto Artl, de quien es conocida su admiración.

En una encuesta que se llevó a cabo entre escritores argentinos, todos coincidieron en que Respiración Artificial era una de las diez mejores obras que se habían publicado en el siglo XX. Así, los coetáneos y colegas de Ricardo Piglia coinciden en lo increíble de esta novela. Tanto en el fondo, por la historia que esconde, como en la forma, por su estructura

Una de las claves de esta novela se encuentra en una de sus citas (el libro tiene muchas), concretamente la que abre la novela, de T.S. Elliot: “We had the experience but missed the meaning, an approach to the meaning restores the experience.”, lo que traducido viene a expresar: “Teníamos la experiencia pero perdimos su sentido, acercarse al sentido restaura la experiencia”. Estos versos de T. S. Eliot son usados por Piglia para desarrollar como una de las tesis del libro que llegar a entender el presente requiere un reinterpretación del pasado y que es por medio de la revisión y reinterpretación del pasado como se averigua el significado que pasó desapercibido en la experiencia original. Piglia propone, pues, un modo de pensar, leer y escribir, en donde el pasado constituye los cimientos del presente, y en donde el presente redefine y valoriza al pasado, manteniéndolo a flote y evitando que quede sumido en la indiferencia y el olvido. Un presente que ignora lo pasado es un presente hueco, sin historia, experiencia vacía, trivial.

Respiración artificial. Ricardo Piglia. Anagrama.

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Acerca de Jaime Molina

Licenciado en Informática por la Universidad de Granada. Autor de las novelas cortas El pianista acompañante (2009, premio Rei en Jaume) y El fantasma de John Wayne (2011, premio Castillo- Puche) y las novelas Lejos del cielo (2011, premio Blasco Ibáñez), Una casa respetable (2013, premio Juan Valera), La Fundación 2.1 (2014), Días para morir en el paraíso (2016) y Camino sin señalizar (2022).

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