La primera cuestión llamativa de la obra “Luis Buñuel, novela”, es justamente su título en el que su autor incluye la palabra “novela”. La razón de que Max Aub titulase así este libro inconcluso la explica él mismo en el prólogo y requiere una explicación más o menos larga. El libro fue escrito por encargo expreso de la editorial Aguilar, que deseaba publicar una biografía de Buñuel. Para ello Buñuel fue entrevistado por Max Aub durante varias sesiones, habiendo quedado dichas entrevistas, o al menos parte de ellas, registradas en archivos sonoros que hoy se conservan en la Fundación Max Aub (dicho sea como inciso: si algún lector curioso desea escucharlas, puede hacerlo en un disco que se adjunta con la edición de este libro). El caso es que conforme Max Aub iba entrevistando a Buñuel, advertía que, pese a tantos años de amistad, el Buñuel que él conocía, y que era su amigo y con el que había compartido almuerzos, momentos de diversión y también de cuita, largas charlas y confidencias de todo tipo durante su exilio mexicano, no era el mismo Buñuel que él veía reflejado en su manuscrito cuando trasladaba las historias que él le iba contando al papel. De esta forma, Aub percibía que, conforme escribía, Buñuel se iba transformando poco a poco en su personaje. O, como el propio Aub asegura: todo hombre que vive va escribiendo su propia novela.
La intención de Max Aub nunca fue la de escribir una biografía convencional, y eso se nota, en primer lugar por el tiempo que le dedicó, sin llegar a concluirla: tres años de trabajo hasta el día de su muerte. En segundo lugar, lejos de interesarse por cuestiones triviales, el autor prefiere acercarse a su personaje a través de anécdotas, de cuentos, como él los llama, ya que, según él, podremos conocer mucho mejor a Buñuel a través de dichas anécdotas que de datos más o menos objetivos, como su fecha de nacimiento o el nombre de sus padres. Para concluir su mensaje, Aub ironiza: “a lo más que puede aspirar la Historia es a ser una buena obra literaria”. Y volviendo a citar a Aub en este libro, que está lleno de joyas como esta: “Fuimos. No somos historia. La historia está hecha de cenizas. No somos viejos ni siquiera arrinconados; sencillamente la gente olvida […] La historia es semiinvención y viene con el tiempo a ser una verdad variable, según el presente. La ignorancia prevalece; los eruditos son basureros y quincalleros que exhiben sus hallazgos en vitrinas”.
Cuando compré este libro en una caseta de la Feria del Libro por recomendación de uno de los miembros de la Editorial Cuadernos del Vigía, me dijo que “con este libro se podía aprender mucho” y “que era un libro excelente para quien quisiera conocer un retrato de la España de preguerra y posguerra”. Al final, en efecto, me encontré con eso, pero con mucho más que eso. El libro es un estudio impresionante que ha requerido varios años de dedicación, investigación y recopilación de textos sueltos, grabaciones y todo tipo de material disperso hasta llegar a conformar esta obra monumental que en efecto incluye un fabuloso retrato de la generación de Buñuel (y también de Max Aub) así como un excelente análisis por parte del autor de las vanguardias artísticas con las que convivió. La primera parte se centra en la biografía de Buñuel en distintos periodos y está estructurada en capítulos que en su gran mayoría son las entrevistas que Aub grabó con Buñuel. Aub analiza y disecciona todo lo que llama la atención al cineasta o supone algún tipo de influencia para él: el cine, la religión, la política, la generación del 98, Galdós, Baroja, Gómez de la Serna, Lorca, Dalí, Sender, Goya, Picasso, Machado, Alberti, César Vallejo, Sade, Louis Aragon, Benjamin Péret, Francisco Picabía. Marcel Duchamp, André Breton, o la novela picaresca. En la segunda parte Aub hace un recorrido analítico por todo el arte del siglo XX (expresionismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo, ultraísmo, manierismo) y la influencia que de una u otra forma cada uno de estos movimientos tuvieron en el cineasta aragonés.
La claridad con la que Aub expone y escribe, la inteligencia y la erudición que demuestra en cada una de las páginas de este libro, hacen que sea, de verdad, una obra digna de leerse. Y en cuanto a estilo posiblemente sea el mejor libro de Aub. Hay que agradecer a todas las personas que con su entusiasmo recopilaron estos textos y le dieron la forma que actualmente tiene. Gracias a ellos, y a la Fundación Max Aub, podemos gozar hoy de esta obra imprescindible para entender nuestro tiempo.
Luis Buñuel, novela. Max Aub. Cuadernos del Vigía