Poetas de Chile: Gonzalo Rojas

Gonzalo Rojas (1916-2011). Chile

Gonzalo Rojas es uno de los más grandes poetas chilenos. Perteneciente a la conocida como Generación de 1938, impartió clases de Literatura en universidades de Valparaíso y Concepción, en Chile, así como en universidades de Alemania, Estados Unidos o Venezuela.

Fue, además de docente y poeta, un enorme e incansable amante y difusor de la Literatura, hecho este que llevó a Gonzalo Rojas a organizar encuentros de escritores de Hispanoamérica, que reunieron en la ciudad de Concepción a autores de la talla de Allen Ginsberg, Ernesto Sábato, Mario Vargas Llosa y Vicente Gerbasi, entre otros.

Considerado uno de los poetas más influentes de la Literatura chilena, la carrera poética de  Gonzalo Rojas ha merecido innumerables premios y reconocimientos en todo el mundo, destacando, entre otros el Premio Reina Sofía de España y el Premio Nacional de Literatura en Chile, ambos en 1992; el Primer Premio José Hernández, máximo reconocimiento que otorga el mundo literario argentino, y el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo en México, ambos en 1998; así como el Premio Miguel de Cervantes, máximo galardón de las letras hispánicas, en el año 2003.

En este artículo vamos a comentar un poema de este extraordinario poeta titulado Carta del suicida. Estamos seguros de que disfrutarán de esta obra de Gonzalo Rojas:

CARTA DEL SUICIDA

Juro que esta mujer me ha partido los sesos,
porque ella sale y entra como una bala loca,
y abre mis parietales, ,y nunca cicatriza,
así sople el verano o el invierno,
así viva feliz sentado sobre el triunfo
y el estómago lleno, como un cóndor saciado,
así padezca el látigo del hambre, así me acueste
o me levante, y me hunda de cabeza en el día
como una piedra bajo la corriente cambiante,
así toque mi cítara para engañarme, así
se abra una puerta y entren diez mujeres desnudas,
marcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen
unas sobre otras hasta consumirse,
juro que ella perdura, porque ella sale y entra
como una bala loca,
me sigue adonde voy y me sirve de hada,
me besa con lujuria
tratando de escaparse de la muerte,
y, cuando caigo al sueño, se hospeda en mi columna
vertebral, y me grita pidiéndome socorro,
me arrebata a los cielos, como un cóndor sin madre
empollado en la muerte.

Inútil luchar contra lo que es mucho mayor que tú, y no obstante, te incita, te rebela, te mueve hacia el abismo. Asido al huésped de ti mismo, en lucha de contrarios, sin resolución posible. ¿No es esto lo trágico?
Decía Max Scheler, que cuando se produce un suceso sufriente y no puede establecerse ningún culpable, eso es lo trágico.
En este poema, Gonzalo Rojas recoge la cosecha trágica de la mujer que lo arrebata hasta la misma muerte.
No puede controlar aquello que le duele, aquello que lo maneja como a un títere, lo quiera o no.
Como el héroe griego de Sófocles o de Eurípides, el destino está por encima de su voluntad. Aquí el destino  también perdura, persiste sobre el Yo.

juro que ella perdura, porque ella sale y entra
como una bala loca,
me sigue adonde voy y …
…cuando caigo al sueño, se hospeda en mi columna
vertebral

Magistral lenguaje de fuerza para expresar la miseria del hombre. Laberintos de propuestas dolientes en situación de frente a frente entre la realidad y el poeta. Lluvia torrencial del dolor y el sufrimiento, en un viaje pendular, que el mismísimo Schopenhauer hubiera podido concebir.

me arrebata a los cielos, como un cóndor sin madre
empollado en la muerte

Bravo por Gonzalo Rojas, sin duda un grandísimo poeta. Un hombre que quería ser Dios y se está muriendo desde el comienzo de sus días, dirá él mismo en otro poema.
Gonzalo Rojas nos hace reflexionar sobre la condición humana, sobre la nimiedad del hombre que quiere pero que no puede. Otra vez aquello de Luis Cernuda –La realidad y el deseo– la lucha impenitente de los contrarios por siempre.

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